¿Te detectaron un nódulo en el cuello y quieres saber qué significa? Los nódulos tiroideos son más comunes de lo que piensas y, en la mayoría de los casos, son inofensivos. En los adultos mayores de 60 años, los nódulos tiroideos se pueden encontrar en alrededor del 50% de la población. Estas protuberancias o crecimientos anormales en la glándula tiroides pueden variar considerablemente en tamaño y características. Afortunadamente, la gran mayoría de los nódulos tiroideos son benignos, lo que significa que no son cancerosos. Sin embargo, alrededor del 5% de estos nódulos resultan ser malignos. Esto subraya la importancia de una evaluación adecuada.
Causas de aparición de nódulos tiroideos
Los nódulos tiroideos pueden tener diversas causas, que van desde desequilibrios hormonales hasta condiciones autoinmunes como tiroiditis de Hashimoto y enfermedad de Graves, pasando por cambios hormonales durante el embarazo, cáncer de tiroides y deficiencia de yodo en la dieta.
Tipos de nódulos tiroideos
Los nódulos benignos de la tiroides se dividen, en primer lugar, según su capacidad para producir hormonas en comparación con el tejido tiroideo normal. En general, se clasifican en tres tipos: nódulos calientes, fríos e indiferentes (también llamados «normales»). Por un lado, los nódulos calientes son más activos que el tejido tiroideo normal y, por lo tanto, producen más hormonas. En cambio, los nódulos fríos son masas de tejido que, en comparación con el tejido normal, no producen una cantidad significativa de hormonas tiroideas. Finalmente, los nódulos indiferentes o normales no se diferencian del tejido sano en cuanto a su capacidad para producir hormonas. Cabe destacar que la mayoría de los nódulos tiroideos son fríos (aproximadamente del 50% al 85%), mientras que solo el 10% son «calientes» y cerca del 40% son indiferentes.
Síntomas de nódulos tiroideos
Dependiendo de diversos factores como el tipo, tamaño, ubicación y cantidad de nódulos, pueden surgir los síntomas. Es importante entender que las hormonas producidas por la tiroides regulan funciones vitales como el metabolismo, el ritmo cardíaco y la temperatura corporal.
Los nódulos tiroideos pueden provocar una sensación de opresión en la garganta, dificultad para tragar o ronquera. Asimismo, los nódulos calientes producen un exceso de hormonas y pueden causar síntomas como ritmo cardíaco acelerado, cambios de peso, dificultad para conciliar el sueño, nerviosismo, sudoración y temblores.
Evaluación integral de nódulos tiroideos
Al evaluar un nódulo tiroideo, es crucial llevar a cabo una evaluación integral. Esto incluye recopilar una historia clínica detallada, realizar un examen físico completo y realizar pruebas específicas como la medición de la TSH, la ecografía tiroidea y, en algunos casos, la citología aspirativa con aguja fina (PAAF).
La ecografía tiroidea es una herramienta clave en la evaluación de los nódulos tiroideos, ya que puede proporcionar información detallada sobre el tamaño, la forma, la ecogenicidad, los márgenes y la presencia de calcificaciones dentro del nódulo. La PAAF, por otro lado, implica tomar una muestra de células del nódulo para su análisis bajo un microscopio, lo que puede ayudar a determinar si el nódulo es benigno o maligno.
Ecografía de la tiroides
La ecografía tiroidea es una herramienta fundamental en la evaluación de los nódulos tiroideos. Esta técnica no invasiva utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para producir imágenes detalladas de la glándula tiroides y los nódulos presentes en ella. Al examinar las características ecográficas de un nódulo tiroideo, es posible evaluar el riesgo de malignidad.
La evaluación del riesgo es un paso fundamental en la evaluación de los nódulos tiroideos, ya que ayuda a determinar qué nódulos requieren una punción con aguja fina (PAAF) para obtener una muestra de tejido para análisis y cuáles pueden ser seguidos de cerca sin intervención inmediata. Uno de los sistemas más comunes utilizados para este propósito es el ACR TI-RADS.
Clasificación TI-RADS
El sistema de clasificación TI-RADS (Thyroid Imaging Reporting and Data System) es una herramienta utilizada para evaluar el riesgo de malignidad de los nódulos tiroideos. Fue desarrollado por la American College of Radiology (ACR) para proporcionar una metodología estandarizada para la interpretación y el informe de los hallazgos de la ecografía tiroidea.
El TI-RADS asigna un puntaje a cada nódulo tiroideo basado en una serie de características ecográficas, como la ecogenicidad, forma, margen, ecogenicidad intranodular y la presencia de microcalcificaciones. Estas características se evalúan para determinar el riesgo de malignidad del nódulo:
- TI-RADS 1: Tiroides normal. Ninguna lesión focal
- TI-RADS 2: Nódulos benignos. Patrón notoriamente benigno (0% de riesgo de malignidad)
- TI-RADS 3: Nódulos probablemente benignos (<5% de riesgo de malignidad)
- TI-RADS 4:
– 4a: Nódulos de identidad incierta (5-10% de riesgo de malignidad)
– 4b — Nódulos sospechosos (10-50% de riesgo de malignidad)
– 4c — Nódulos muy sospechosos (50-85% de riesgo de malignidad) - TI-RADS 5: Nódulos probablemente malignos (>85% de riesgo de malignidad)
- TI-RADS 6: Malignidad ya detectada por biopsia o punción
Citología (PAAF)
La citología obtenida mediante punción con aguja fina (PAAF) es una herramienta diagnóstica crucial en la evaluación de los nódulos tiroideos. El sistema Bethesda es un sistema de clasificación ampliamente utilizado para informar los resultados de las muestras citológicas de los nódulos tiroideos.
El sistema Bethesda clasifica los resultados de la citología en seis categorías, cada una asociada con un riesgo estimado de malignidad y recomendaciones de manejo posteriores:
- Bethesda I – No diagnóstico o Insatisfactorio: Esta categoría se asigna cuando la muestra no cumple con los estándares mínimos de adecuación para realizar un diagnóstico. Generalmente, esto significa que la muestra contiene muy pocas células para ser evaluadas adecuadamente.
- Bethesda II – Benigno: Se refiere a nódulos que muestran características citológicas claramente benignas. Esto puede incluir nódulos foliculares benignos o casos de tiroiditis.
- Bethesda III – Atipia de significado indeterminado (AUS) o Lesión folicular de significado indeterminado (FLUS): Esta categoría se utiliza cuando las células muestran características ligeramente anormales, pero no son suficientes para hacer un diagnóstico definitivo de malignidad.
- Bethesda IV – Neoplasia folicular o sospecha de neoplasia folicular: Se asigna cuando las células muestran características que sugieren la posibilidad de neoplasia folicular, pero no son diagnosticadas de manera definitiva.
- Bethesda V – Sospecha de malignidad: Esta categoría se utiliza cuando las células muestran características altamente sugestivas de malignidad, pero no son diagnósticas de cáncer de tiroides.
- Bethesda VI – Maligno: Se asigna cuando las células muestran claramente características citológicas de cáncer de tiroides.
Citología indeterminada: Pruebas moleculares
Cuando los resultados de la citología muestran una categoría de «lesión folicular de significado indeterminado o sospechosa» según el sistema Bethesda, puede ser difícil determinar si un nódulo es benigno o maligno. Esto puede llevar a decisiones inciertas sobre cómo manejar el nódulo y, a veces, incluso a cirugías innecesarias. Para abordar esta incertidumbre, se han desarrollado pruebas moleculares adicionales que pueden ayudar a evaluar el riesgo de que un nódulo tiroideo sea canceroso:
- Afirma Gene Sequencing Classifier (GSC): Esta prueba analiza la expresión de genes en las células del nódulo tiroideo para estimar el riesgo de cáncer. Utiliza un conjunto de genes relacionados con cánceres de tiroides para calcular un puntaje de riesgo, lo que ayuda a determinar si el nódulo es probablemente benigno o sospechoso de cáncer.
- ThyroSeq: Es una prueba avanzada que analiza múltiples cambios genéticos asociados con el cáncer de tiroides en muestras de citología indeterminada. Proporciona detalles sobre los cambios genéticos específicos presentes en el nódulo, lo que puede ayudar a diferenciar entre nódulos benignos y malignos.
Seguimiento de nódulos benignos
Después de confirmar que un nódulo tiroideo es benigno, es fundamental realizar un seguimiento regular para detectar cualquier cambio que pueda indicar un riesgo futuro. Aunque los nódulos benignos no presentan un riesgo inmediato para la salud, algunos pueden volverse sintomáticos con el tiempo o experimentar un crecimiento inesperado. Por lo tanto, el seguimiento adecuado es esencial para garantizar una gestión óptima de estos nódulos a largo plazo.
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